Lo mejor de las técnicas de bioconstrucción que estamos
ensayando en el Laboratorio de ruralización es que posibilitan la autoconstrucción
y que exigen el trabajo colectivo.
Estamos construyendo un juego infantil combinando diferentes
técnicas y utilizando distintos materiales del territorio que nos obligan a
mirar el entorno con ojos nuevos. Nos asombramos de la riqueza que nos rodea al
tiempo que comprobamos que las potencialidades y los saberes de cada uno se multiplican
trabajando con los otros.
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